viernes, 8 de octubre de 2010

LAS CRÍTICAS DE KUHN AL RACIONALISMO CRÍTICO. LA INCONMENSURABILIDAD DE LOS PARADIGMAS CIENTÍFICOS Y EL INGREDIENTE IRRACIONAL EN EL PARADIGMA DE LA C

Las críticas de Kuhn al racionalismo crítico

Considera que la falsación empírica de una teoría no es condición suficiente para su rechazo.

Critica la concepción tradicional de la ciencia como acumulación de descubrimientos e inventos individuales.

El desarrollo de la ciencia no es esencialmente acumulativo en los que un paradigma es sustituido por otro.

La inconmensurabilidad de los paradigmas científicos y el ingrediente irracional en el paradigma de la ciencia normal.

El término paradigma ha sido utilizado por los gramáticos para designar los diversos tipos de declinación de una palabra o de conjugación de un verbo. Dicho concepto fue utilizado en teoría de la ciencia por primera vez por Ch. Lichtenberg (1742-1799), y en nuestro siglo, por Wittgenstein en sus Investigaciones filosóficas. Kuhn lo representa […] como un “modelo o patrón aceptado” por los científicos de una determinada época, que normalmente ha llegado a ser vigente tras imponerse a otros paradigmas rivales. Una determinada rama del saber pasa a ser una disciplina científica precisamente cuando surge y triunfa un paradigma. Ejemplos de paradigmas científicos serían el análisis aristotélico del movimiento de los cuerpos, el cálculo ptolemaico de las posiciones planetarias, la revolución copernicana, la mecánica de Newton, la teoría química de Lavoisier, la matematización maxwelliana del electromagnetismo, la teoría einsteniana de la relatividad. […] Los libros de texto utilizados para la formación de los nuevos científicos suelen constituir expresiones más o menos adecuadas de dichos paradigmas, sobre todo en los dos últimos siglos. Durante su educación, los científicos se han familiarizado con determinados lenguajes y técnicas cuya eficacia para resolver problemas ha marcado profundamente su modo de considerar los fenómenos, adscribiéndoles al paradigma vigente de la comunidad científica de su época. Las tesis doctorales, con la profunda impronta que dejan en la formación de los investigadores, así como los primeros trabajos de experimentación, han tenido lugar en ese mismo marco teórico. Todo ello origina una serie de creencias y hábitos intelectuales comunes a numerosos científicos, que por ello mismo forman una comunidad. Puede haber paradigmas y comunidades rivales, con las correspondientes pugnas por el poder académico y científico. La ciencia vigente en un momento dado implica el afianzamiento de uno de esos paradigmas.

Kuhn no sólo criticó la concepción acumulativa del progreso científico, proponiendo una visión discontinuista de la historia de la ciencia, sino también el falsacionismo popperiano. Según Kuhn, una teoría científica nunca es refutada ni dejada de lado exclusivamente por haber sido falsada empíricamente:

Una teoría científica se declara inválida sólo cuando se dispone de un candidato alternativo para que ocupe su lugar […] La decisión de rechazar un paradigma es siempre, simultáneamente, la decisión de aceptar otro, y el juicio que conduce a esta decisión involucra la comparación de ambos paradigmas con la naturaleza y la comparación entre ellos.

[…] En este punto Kuhn introdujo la tesis que mayor debate ha suscitado entre todas las propuestas por él: la inconmensurabilidad entre dos paradigmas rivales:

1) Diferentes problemas por resolver e, incluso, diferentes concepciones y definiciones de la ciencia de la que se ocupan.

2) Diferencias conceptuales entre ambos paradigmas, ligadas al diferente lenguaje teórico y a la distinta interpretación ontológica de los datos analizados.

3) Diferente visión del mundo: dos defensores de distintos paradigmas no perciben lo mismo.

La importancia de estas tesis para la metodología científica es indudable, pues atacan el principal dogma del positivismo: la existencia de una base empírica (observacional, sensorial) común a todos los científicos. Kuhn, por lo contrario, compara una revolución científica con un cambio en la visión del mundo. Los científicos que defienden el viejo y el nuevo paradigma poseen concepciones diferentes de lo que es la disciplina científica de la que se ocupan (o cuando menos de los problemas que debe afrontar), utilizan conceptos teóricos distintos, hasta el punto de que aunque los términos usados fuesen los mismos (por ejemplo, el término “masa” para un newtoniano y para un einsteniano), ha habido un cambio de significado al insertarse dicho término en uno u otro paradigma; y, por último, […] las propias percepciones que se tienen del mundo son distintas.

Las diferencias entre paradigmas sucesivos son necesarias e irreconciliables, afirma Kuhn, y pueden ser ontológicas (la luz como corpúsculos o como ondas), epistemológicas (definiciones d la ciencia, reglas heurísticas, métodos aceptables…) y perceptuales (ante un mismo referente no se observa lo mismo). La aceptación de un nuevo paradigma por parte de la comunidad científica suele transformar a la ciencia correspondiente, debido a que: durante las revoluciones, los científicos ven cosas nuevas y diferentes al mirar con instrumentos conocidos y en lugares en los que ya habían buscado antes, […]

Kuhn aniquila así la tesis positivista de la base empírica común, pero también invalida la postura alternativa de Popper: un experimento crucial jamás servirá como juez neutral entro los defensores de dos paradigmas opuestos, porque ambos bandos percibirán e interpretarán de modo diferente los resultados de dicho experimento. Los paradigmas en los que los científicos son educados se convierten en algo constitutivo de su modo de ver el mundo.

Kuhn no es un relativista ontológico, sino en todo caso epistemológico, porque en La estructura de las revoluciones científicas ya matizó su tesis más fuerte: Aunque el mundo no cambia con un cambio de paradigma, el científico después trabaja en un mundo diferente.

Ahora bien, dado que diferentes paradigmas se enfocan y parten de diferentes problemas y presupuestos, no existe una medida común de su éxito que permita evaluarlos o compararlos unos con otros. A esta característica de los paradigmas, Kuhn la llama "inconmensurabilidad", término que tomaron Paul Feyerabend y el mismo Kuhn de la geometría, y que significa "sin medida común". Es también debido a esta característica, la carencia de conceptos con significado común entre teorías, que la transición de un paradigma a otro ocurren de una manera radical y repentina, casi podemos decir irracional.

Después de una serie más o menos larga de fuertes críticas en contra de su modelo, Kuhn ha suavizado sus concepciones originales básicas, como "paradigma" y "revolución científica". Se ha argumentado mucho en contra de estas categorías que, inicialmente, fueron definidas de una forma estricta y que encontraron pocas confirmaciones en la historia de la ciencia. Del mismo modo se argumentó en contra de la necesaria irracionalidad que este modelo impone al cambio científico constriñéndolo casi totalmente a su historia externa o a la sociología del conocimiento, y por desconocer la posibilidad de progreso de la ciencia. Sin embargo, y a pesar de las modificaciones que el mismo Kuhn hizo a su modelo, lo que aún permanece de éste es su énfasis en el papel que tienen los valores compartidos por la comunidad científica en las decisiones científicas, particularmente con respecto a la tenacidad y a la evaluación de paradigmas en competencia; conserva también una actitud escéptica hacia los llamados factores cognoscitivos como "racionalidad epistemológica" o "historia interna" en la explicación del cambio científico, y se inclina por los factores sociológicos como autoridad, poder, grupos de referencia como determinantes de la conducta científica.

La crisis de los paradigmas y de las revoluciones científicas según Kuhn.

En la etapa precientífica, los hechos son recopilados de manera bastante fortuita, precisamente por carecer de un criterio que permita seleccionarlos […] Plinio y las historias naturales baconianas del siglo XVII son ejemplos citados por Kuhn de esta fase de la investigación.

La etapa precientífica y la constitución de un paradigma dan origen a lo que Kuhn llama una etapa de ciencia normal. Al distinguir esta fase histórica Kuhn encontró argumentos poderosos contra la metodología falsacionista de Popper, que incluso han sido aceptados parcialmente por éste. En efecto, durante la etapa de ciencia normal el científico no es crítico ni intenta refutar las teorías científicas vigentes. Kuhn define la etapa de ciencia normal de la manera siguiente:

Ciencia normal significa investigación basada firmemente en una o más realizaciones científicas pasadas, realizaciones que alguna comunidad científica particular reconoce, durante cierto tiempo, como fundamento para su práctica posterior.

Dichas realizaciones son relatadas en los libros de texto ad usum, o si no, en obras clásicas como la Física de Aristóteles, los Elementos de Euclides, el Almagesto de Ptolomeo,los Principia y la Öptica de Newton, la Electricidad de Franklin, el tratado de Química de Lavoisier o la Geología de Lyell, cada una de las cuales dio origen a una auténtica disciplina científica, normalmente por desglose respecto de un saber previo.

Durante esta fase los científicos no buscan nuevas teorías, y ni siquiera nuevos fenómenos. La ciencia normal investiga ámbitos teóricos muy pequeños, pero con gran minuciosidad: supone el triunfo de la especialización. La tarea principal estriba en articular y organizar cada vez mejor, en forma de teoría, los resultados que se han ido obteniendo. La comunidad científica correspondiente selecciona los hechos que le interesan, que Kuhn clasifica en tres grupos: los que el paradigma ya ha mostrado que son particularmente reveladores, las predicciones derivadas del paradigma que todavía no han sido ratificadas empíricamente y, por último, los experimentos que permiten articular mejor el paradigma e ir resolviendo sus dificultades residuales. La determinación precisa de constantes físicas (como la de la gravitación universal, el número de Avogadro o el coeficiente de Joule) es uno de los ejemplos más característicos de este tercer tipo de investigaciones empíricas en la fase de ciencia normal, que para Kuhn es el más importante de los tres y el que permite justificar la idea de progreso científico ligado al paradigma. Enunciar leyes específicas, formular los principios en términos cuantitativos y matematizar las leyes y los razonamientos son otras tantas actividades típicas de una etapa de ciencia normal. […]

En cualquier caso, en toda etapa de ciencia normal existen numerosas anomalías, es decir, hechos que de ninguna manera son explicables en el marco conceptual del paradigma y que incluso lo contradicen. Los ejemplos históricos que proporciona Kuhn son muchos:

El estado de la astronomía de Ptolomeo era un escándalo, antes de la propuesta de Copérnico. La nueva teoría de Newton sobre la luz y el color tuvo su origen e el descubrimiento de que ninguna de las teorías existentes antes del paradigma explicaban la longitud del espectro, y la teoría de las ondas, que reemplazó a la de Newton, surgió del interés cada vez mayor por las anomalías en la relación de los efectos de difracción y polarización con la teoría de Newton.

[…] Pero conforme dichas anomalías se van revelando cada vez más insalvables, y conforme se multiplican en número y en diversidad de ámbitos donde se producen, el paradigma va entrando en crisis. Se inaugura con ello una nueva etapa en el desarrollo histórico de un paradigma, que acabará dando lugar a una revolución científica que hará triunfar un nuevo paradigma.

¿Cómo se producen estos sucesos de cambio científico según Kuhn? Una simple anomalía nunca derriba un paradigma vigente. Confrontados a una dificultad irreductible, los científicos “inventarán numerosas articulaciones y modificaciones ad hoc de su teoría para eliminar cualquier conflicto aparente”. […] el paradigma no podrá ser rechazado mientras no surja otro rival. Una vez que un ámbito de saber ha comenzado a funcionar científicamente, es decir, mediante paradigmas, ya no puede dejar de hacerlo. Si un ciencia no genera nuevas ideas y nuevos paradigmas, se anquilosará. De ahí que, en las épocas de crisis, los científicos proponen una y otra vez nuevas hipótesis y nuevas teorías, entrándose con ello en la etapa llamada de proliferación de teorías. […]

La sustitución de un paradigma por otro supone una revolución científica. Y lo que es clave en relación con la polémica Kuhn/Popper, el nuevo paradigma será incompatible en algunos aspectos fundamentales con el anterior. […]

La ciencia revolucionaria deviene ciencia normal y pasa a tener las características generales antes vistas. Los conceptos, los métodos, los instrumentos y los formalismos son distintos, pero vuelve a haber de nuevo un paradigma dominante, que tiene sus propios puzzles, anomalías y generalizaciones que llevar a cabo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario